Inorena ez den lurrean

Como todos los discos anteriores, OST lanza su cuarto álbum (Inorena ez den lurrean) desde la esfera metalera. Metal aguerrido, fuerte, penetrante, poderoso y grueso. Pero todo no es así. Diferentes toques musicales hacen que el metal de OST no sea metal extremo. En el disco podemos encontrar esos huecos medio suaves; “Ezagutzen ez dena” es un ejemplo de ello. El peso principal de OST lo llevan las guitarras, que son las que le dan la entidad, la dureza y ese sonido grueso. Las guitarras están acompañadas de voces rudas, guturales, bastas, rugosas y ásperas, pero que no pierden el punto melódico, y hasta algunas veces se presentan limpias. Dos modos para hacer un único metal. El bajo acompaña indefectiblemente, la profundidad de la batería es necesaria. La velocidad no es muy rápida, en OST prima más el grosor del sonido. El tema que posiblemente mejor pueda definir a OST es el largo “Gelditu denbora” que contiene partes duras, suaves, gritos y voces diáfanas con mensaje haciéndose todo uno. El último tema es algo que se aleja del sonido metalero. “Dena den” con un punto a rumba catalana, se acerca a las melodías de El Último de la Fila. Y mañana, sol, aunque el cielo esté nuboso, pero arriba lucirá el sol.

• OST ()